El ataque con misiles armenios contra la segunda ciudad más grande de Azerbaiyán, Ganja, fuera de la zona de conflicto de Nagorno-Karabaj, demuestra que el Estado sin litoral va por la desesperación de internacionalizar la guerra lo antes posible, ya que sabe cuánto puede perder si no puede generar con éxito más apoyo.
La evidencia sugiere que uno o más brotes de COVID-19 probablemente ocurrieron por primera vez en Hawaii a finales del verano pasado, lo que se discutió en un artículo anterior.
Descuidar a los refugiados mientras se lucha contra el coronavirus es tan tonto como inhumano. Los últimos meses nos han enseñado que las estrategias egocéntricas no se aplican en los casos de crisis sanitarias globales.
Desde el domingo 20 de abril, varios suburbios de clase trabajadora alrededor de París han estado en llamas después de que un hombre fuera gravemente herido por la policía en Villeneuve-La-Garenne – un pueblo a unas 9 millas al norte del centro de París – el sábado. Esta chispa revela que el gobierno, con su estado de emergencia sanitaria y sus medidas represivas de confinamiento, está haciendo que los habitantes de los barrios obreros paguen caro la crisis.
Los científicos han hablado de utilizar África como campo de pruebas para las vacunas contra el coronavirus, lo que concuerda con una larga historia de experimentación médica basada en la opresión racista y colonial.