Mientras que los italianos apoyan la idea de que la vida de los negros importa en los Estados Unidos, debemos mirar más de cerca a nuestra casa, a nuestro propio idioma, a la historia colonial y a los políticos racistas.
Descuidar a los refugiados mientras se lucha contra el coronavirus es tan tonto como inhumano. Los últimos meses nos han enseñado que las estrategias egocéntricas no se aplican en los casos de crisis sanitarias globales.
La exhibición de la devoción religiosa y la retórica de Salvini acerca de la pandemia son parte de una estrategia política dirigida a tomar las riendas del poder.
El presidente Trump ha ordenado generosamente a las principales agencias estadounidenses que ayuden a Italia en la lucha contra el coronavirus. Pero lo de “generosamente” quizás es ir demasiado lejos.
Oleada de robos de productos de primera necesidad en el sur de Italia, ¿es el momento de reflexionar sobre las consecuencias sociales y políticas del virus? La ruptura del acuerdo sobre el deber que tienen las instituciones políticas dentro de la economía sigue siendo la misma: la acción directa.