Las nuevas revelaciones que aparecen ahora en la prensa alemana a través de un sospechoso principal plantean una serie de preguntas alarmantes sobre cómo la policía británica y los periodistas que trabajaban con ellos fueron cómplices de un encubrimiento portugués.
Descuidar a los refugiados mientras se lucha contra el coronavirus es tan tonto como inhumano. Los últimos meses nos han enseñado que las estrategias egocéntricas no se aplican en los casos de crisis sanitarias globales.